POTESTAD
DEL PSICÓLOGO PARA INTERVENCIÓN EDUCATIVA
Con el trascurrir de la
vida y el pasar del tiempo se considera la educación como uno de los pilares
sociales más importante y fundamental de
la actualidad.
El desarrollo cognitivo y psicosocial de cada
individuo marca pautas comportamentales
en los diferentes ámbitos que se encuentre y en las diferentes
actividades que suela practicar, indiscutible- mente el contexto educativo en el
cual se desenvuelva la persona ya sea primaria, secundaria , formación profesional,
educación formal o informal, influye altamente
y conlleva a resultados
favorables o desfavorables en la vida del ser humano y por ende en la sociedad.
Es
por esta razón que es indispensable la presencia del psicólogo en el ámbito educativo y la potestad que tiene para realizar terapia,
dicha potestad que depende única y exclusivamente de la formación que tenga el
egresado de psicología y que se espera posea las competencias necesarias para
realizar buen uso de sus conocimientos.
Como
dice (Garaigordobil ) “El papel del psicólogo en el contexto educativo es de
interviniente en los procesos de adaptación del alumno y para la mejora de la
calidad educativa. Las tareas que se han considerado pertinentes al psicólogo
escolar han sido siempre diversas, ya sean preventivas, reeducativas, de
detección y orientativas” (2009).
El
hecho de que el rol del psicólogo escolar haya tomado un rumbo más formativo y
social puede deberse a que este rol en el contexto escolar se ha impregnado de
las connotaciones educativas propias del sistema en el que se ubica.
No
es sorprendente que esto sea así, a medida en que el psicólogo escolar trabaja
en el contexto educativo y que su acción básica es contribuir a diferentes
actividades, esto tiende a diversificar la función específica que debe
desempeñar y como tal el objetivo de su componente como psicólogo educativo, ya
que él tiene la formación requerida y necesaria para intervenir acertadamente
en los estudiantes y ambiente académico,
incluyendo profesores y administrativos de la institución ,creando un vínculo
directo con cada uno de ellos.
La
intervención que realice depende principalmente de su criterio ya que él ha
sido capacitado y contratado para cumplir con dicha exigencia
El
psicólogo debe tener una especialidad gusto o interés específico por la parte
educativa ya que de esto depende en gran parte el éxito de su intervención. Se
sobreentiende que cuenta con una formación básica en cada una de las ramas de
la psicología como las son: social, jurídica, clínica, etc. Pero debe contar
indispensablemente con los requerimientos pedagógicos, didácticos y académicos que le permitan el desenvolvimiento adecuado
en el campo educativo
De
no ser así se seguiría con ese imaginario social el cual hace referencia de que
el psicólogo es contratado para asumir diferentes funciones incluyendo algunos
casos “fuera de contexto”.
El
psicólogo debe tener como fin mejorar el ambiente escolar, desde un punto de
vista individual que al trabajarlo mostrara cambios grupales, es por ello que
debe plantear ideas novedosas e innovadores que tenga gran acogida por el
cuerpo educativo de la institución y que le permita mostrar cambios
significativos como resultado de su intervención.
Con
lo anterior se pretende confirmar la importancia de la intervención psicológica
en el ámbito educativo permitiendo de esta manera obtener credibilidad en el
aporte que puede lograr la presencia de profesionales de la psicología.
Esta
intervención se debe establecer y vincular a los estatutos, reglas o
actividades educativas desde parámetros
éticos que permiten garantizar la transparencia y las buenas prácticas
profesionales que puede ofrecer el psicólogo en la intervención.
En conclusión si tiene potestad porque la psicología como disciplina que se ocupa
del comportamiento humano, debe contribuir a los procesos de enseñanza –
aprendizaje que apunten a la formación integral de los estudiantes en sus
dimensiones cognitivas, afectivas y sociales. En este sentido es primordial que
el psicólogo educativo este altamente capacitado en procesos investigativos que
favorezcan el entendimiento de las realidades que se pretenden intervenir para
desarrollar propuestas de intervención coherentes y contextualizadas con el
entorno natural y cotidiano de la comunidad involucrada.
En
este sentido, lo expuesto anteriormente es la mejor manera de combatir la
visión individualizada, originada desde la lógica de exploración de un sujeto
solitario donde se tenían en cuenta procesos separados como: el CI, perfil de
maduración, rendimiento académico, nivel de desarrollo, etc., así mismo la
psicología de la educación debe asumir el proceso de enseñanza – aprendizaje
como unidad y no como binomio.
Es
importante además que el psicólogo educativo se involucre en nuevas tareas de
intervención e investigación educativas en contextos poco explorados como: las
influencias mutuas entre los actores educativos (padres y educadores y las
TIC), estas serían principalmente las ideas innovadoras que fomenten los
aprendizajes y valores en determinados contextos escolarizados y no
escolarizados como por ejemplo la atención a niños en alto riesgo o
vulnerabilidad, campo en el que en Colombia se han dado avances significativos
como por ejemplo a través de programas del ICBF o de la Secretaría de
Integración Social que brindan atención a niños en riesgo de ser vulnerados.
Desde la educación formal podemos ver avances también mediante la creación de
estrategias como la implementación de la
jornada única en los colegios públicos para prevenir la violación de los
derechos de los menores como el consumo de drogas, la explotación y el abuso
infantil, ya que de esta forma los niños, niñas y adolescentes permanecen el
mayor tiempo posible ocupados desarrollando actividades significativas para sus
vidas y aprendiendo a valorar su tiempo libre de forma sana.
Otro
aspecto importante que debe manejar el psicólogo educativo es la utilización de
las TIC en el diseño y evaluación educativos, ya que Actualmente la sociedad
enfrenta una serie de transformaciones a todo nivel entre las que se destacan
el desarrollo tecnológico y los cambios del conocimiento que están afectando
los modos de vida y los valores de la sociedad actual.
Por tanto, se centra la atención en la
educación y la formación continua como pilares del desarrollo humano y social.
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son un recurso
potente de gran importancia para la educación y el desarrollo cognitivo humano;
en este nuevo contexto social la educación tiene como reto participar en la
construcción de la sociedad del aprendizaje y la inteligencia a partir de los
recursos humanos y tecnológicos que abundan en esta nueva sociedad de la
información (Belloch, 2012). Esta serían unas de las razones que le corresponde
a la educación fomentar la interacción del individuo con esta gama de
posibilidades tecnológicas para lograr un desarrollo integral y un cambio al
paradigma de la educación actual.